El lavado de estos cabellos debe realizarse, al igual que en cabellos grasos, siempre que se necesite, cada dos días o incluso cada día si así lo demanda tu cabello, pero sin incidir demasiado en el lavado de las puntas.

 

Es recomendable lavar el cabello con el mismo tipo de champú que para cabello graso, es decir, champú translúcido o transparente (aquellos que son más neutros). Aunque si lo prefieres, puedes buscar champús específicos para pelo mixto, pero si te resultan difíciles de encontrar puedes recurrir a farmacias o parafarmacias.

 

Trata de utilizar agua tibia para aclarar el cabello, ya que el agua demasiado caliente estimula la producción de grasa capilar.

 

Es conveniente utilizar un acondicionador debido a la sequedad de las puntas, pero SÓLO de medios a puntas, ya que no queremos seguir engrasando las raíces.

 

Hidratarlo una vez por semana, con una mascarilla de argán, karité o aguacate (pero al igual que en cabellos grasos, aplícala SOLO de medios a puntas).

 

Tampoco es recomendable el uso excesivo de planchas o secadores, pero sabemos que esto es muy díficil en el día a día, así que si vas a usarlas, recuerda aplicar un buen protector térmico.